Tiempo de payasos
El librero: sugerencias literarias
Por Ney Antonio
Salinas
Título: Tiempo
de payasos
Autor: Guadalupe
Olalde
Coulrofobia, es
el miedo irracional a los payasos. Este miedo está muy presente en toda la
novela en la que Guadalupe Olalde nos conduce por un periplo emocional,
existencial, psicológico y geográfico en el que los tiempos se entrecruzan y se
suceden como en una avalancha, los sucesos narrados con gran maestría no dan
tiempo al lector siquiera a respirar.
Estamos ante una obra muy bien lograda por
la autora, cuya trayectoria y credenciales son sólidos y de gran calidad
narrativa. Paso la última página de esta obra y es cómo recibir un golpe de
viento y de fuego. El lector sale transformado de esta lectura.
Pero también es justo mencionar que a cada
párrafo, la autora nos muestra un dolor, una lejanía, en un tiempo detenido que
luego irrumpe como cascada hacia el siguiente dolor. La visión femenina que
contiene su obra es de gran importancia, porque nos ayuda a comprender y sobre
todo a sentir el dolor de una madre que también ha sido hija, nieta, esposa; y
cómo estas etapas en su vida van afectando a la protagonista hasta que llega a
la dolorosa conclusión de que la salida al dolor es el suicidio.
La autora también nos señala a través de la
vida de su protagonista, cómo el machismo tanto soterrado como explícito de las
generaciones anteriores provocó en ella un dolor, y su vida se llena de
ausencias, incluyendo a sus propias hijas, y al amor mismo que ha sido
desterrado pero siempre buscado. Conforme la protagonista va narrando en
formato epistolar su vida, intenta alcanzar con sus palabras el corazón de su
hija Inés, pero también intenta alcanzar las profundidades de su alma a través
del poder sanador o reconstructivo de la palabra escrita.
Nacer mujer en los años 30 o en los años 50
supone una realidad muy distinta a nuestro entendimiento, detalles sutiles que
damos por hecho pero constituyen un dolor tan profundo, como el hecho de ser
despreciada porque se esperaba un varón, un hombre, o más bien un macho, que se
haga cargo de administrar las riquezas familiares, que atesore la memoria, la
escopeta del abuelo, su bravura, sus actitudes viles que le fueron transferidas
de su generación anterior.
Al mismo tiempo que la protagonista va
reconstruyendo su vida con el maravilloso poder de la palabra, nos asoma a su
mundo interior; el dolor de haber nacido mujer, buscar el amor de los padres o
del abuelo y no entender por qué no es correspondido su amor que con los años
se va desgastando. Dos escenas me han impactado mucho; una, cuando la madre de
la protagonista, siendo niña, la observa caminar por el techo en una noche
borrascosa, y busca el camino para llegar al fin de su vida. El camino es el
suicidio, nos dice Olalde. La otra, es cuando narra el día de su boda, estando
ante el juez, en su mente dice que no quiere casarse y así lo programa en su
alma, pero un párrafo adelante, se nos revela, que tan sólo fue su sueño, la
libertad, que siempre sí se casó e inicia una vida gris y nómada, en la que el
dolor está presente en cada capítulo de ésta.
Una novela dolorosa sin duda, escrita con
un lenguaje claro y elegante. El dolor central está reflejado en el hecho de
que la protagonista va escribiendo la carta a su hija como una nota de
suicidio. Al mismo tiempo es un viaje interior, equivalente a esos últimos
segundos antes del final en los que se observa como en una película toda la
vida transcurrida.
En el proceso de escritura de la carta
final, van llegando algunos personajes de su universo literario a intercalar o
aportar su destino, le dictan los recuerdos que ellos atesoran a la
protagonista. La obra está compuesta por dos capítulos que se despliegan en 227
páginas. A cada palabra el dolor crece enriquecido del recuerdo de muchas
vidas. Nos dice la autora, a las madres
ni la muerte puede arrancarles los hijos, porque se han quedado muy dentro
de ellas; la compulsión de escribir de la protagonista resulta en un ejercicio
de indagación interna pero que pese a
esto, el final será inevitable. Es por eso que extiende su carta lo más que
puede, y en sus líneas finales otorga el perdón al machismo, pero el dolor está
ya causado, pero ella se dirige con valor y sus naturales temores hacia su
destino.
La novela toca diferentes lugares y
tiempos, desde las haciendas en el tiempo de la Revolución mexicana, pasando
por la década de los 50, así como su paso por la universidad y sus intentos de
ser autosuficiente valiéndose de su profesión y sus propias fuerzas.
Los argumentos de la obra no admiten
juicios de valor, se trata de una obra que retrata el hecho de ser mujer en un
ambiente hostil y violento. Se trata de encontrar la peligrosa lógica que
conduzca sana y salva a la protagonista al momento final de su camino. Una obra
magnífica, que ha llegado a su época óptima para ser leída. Café en mano y el
corazón latiendo fuerte, la obra es un remanso de reflexión tanto desde la
perspectiva masculina como principalmente desde la perspectiva femenina. Ésta obra
no dejará indiferente a nadie.

Interesante reseña, me incentiva a querer leerla :)
ResponderEliminarLa apreciación del escritor Ney Antonio Salinas, en esta reseña, en que visualiza el núcleo de este género epistolar, que nos transporta a épocas oscuras, sobre todo para la mujer y que la autora Guadalupe Olalde, plasma en cada uno de sus capítulos, hacen de este “Tiempo de payasos”, una novela interesante.
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