También en el sur se matan palomas

Narrar la violencia para visibilizar

 

 

“Viene la jauría ladrándole/ a mi muerte/ la persiguen sin darle respiro”, así comienza También en el sur se matan palomas de Chary Gumeta, un libro que narra la crudeza de la violencia contra la mujer y que nos lleva a preguntarnos acerca del rol de la literatura en la denuncia de este tipo de crímenes.

 

En el poemario de Chary nos encontramos con textos que, haciendo uso de un lenguaje testimonial, nos sitúan en un territorio en donde el cuerpo de la mujer es objeto de desaparición, ultraje y miedo: “Yo no escogí/ caminar desnuda en este paraje solitario/ menos que mi lugar de descanso final/ fuera esta tierra/ donde transitan las almas en pena/ en fosas clandestinas”.

 

Con esta misma orientación, el poema Reconozco que no nací: “Tengo miedo de convertirme en fantasma/ y deambular por los ríos de mi pueblo. /Ser parte de una lista con nombre de desaparecida. /No quiero ser una mujer desangrada/ por la mano de la miseria/ y de la maldad de mi país”.

 

Existe en estos poemas una clara denuncia del silencio social e institucional que gira en torno a la violencia de género, una exposición al público de ese horror que se tiende a ignorar y menospreciar, bien lo menciona Mariana Berlanga Gayón en su ensayo El feminicidio y la Estética del Horror, “Nos hemos acostumbrado a vivir entre fosas con cadáveres ocultos, pero también entre cuerpos muertos expuestos en lugares por donde todo mundo transita” (p. 69).

 

Así mismo, se observa que la poética de la autora acopia distintas experiencias de mujeres ubicadas especialmente en lugares de frontera, en donde la única necesidad es sobrevivir, tal es el caso de los poemas: Itzel; La noche es lenta y de poca clientela; Catracha; No estoy muerta y Bajo el otro sol.

 

Particularmente en este último poema, la escritora narra la historia de una mujer a la que No le queda nada en Guatemala solo el futuro del migrante: “Es tarde, el sol también migra al otro extremo del mundo/ cierra sus párpados, su mirada se apaga/ para abrirlos en otro país, en otra tierra; Juana Ixcoy contempla sobre el afluente/ el destello de las estrellas que iluminan/ el velo oscuro de la noche, /un concierto acuático escucha/ sobrepasa al de los grillos;/ en este Sur el amanecer la sorprende/ la primera luz se posa en los techos; /tristemente se da cuenta que nunca volverá/ a ver cómo se despliega sobre los tejados de su pueblo”.

 

A lo largo de También en el sur se matan palomas, Gumeta recoge el contexto socio-político que circunda a la mujer y al territorio, se deshace del maniqueísmo para transmitir esa cruda realidad callada por la sociedad y el Estado. En este punto concuerdo con Francesa Gargallo Celentani quien, en el prologo de Ni una más -Cuarenta escritores contra el feminicidio- (2017), dice que la literatura “es quizá lo único que puede describir la violencia sin generarla. (…) Un sucederse de palabras y emociones, de actos figurados y narraciones que nos permite reconocer la realidad que nos rodea, reportándola a mundos inexistentes o a situaciones más que cotidianas” (p. 15).

 

Leer el mencionado poemario es conversar también con el idioma esencial de la esperanza, señala Chary en uno de sus poemas: “Nadie nace con el destino en la mano/ ni con el camino en los pies / nosotras, las que nos tocó vivir así, tomamos al viento de la mano/ deseando que nos lleve a otra parte”, así conversa su poética con ese profundo deseo de un futuro distinto.

 

En este libro se encuentra una poeta que no teme hablar sobre las agresiones de género, un ser consiente de su rol en la escritura, que apela al lenguaje testimonial para nombrar el dolor del cuerpo femenino más allá de las fronteras.

 

 

Laura Castillo*

 

 *Laura Castillo (Bogotá, 1990) Abogada de la Universidad Externado de Colombia. En el año 2017 publicó su primer libro Prolongación de la Lluvia, el cual fue ganador del XX Premio Nacional de Poesía de la Universidad Metropolitana de Barranquilla. Fue mención de honor en la categoría de Poesía en el Tercer Concurso de Escrituras Creativas Cuento, Poesía y Crónica de la Red Capital de Bibliotecas Públicas – BibloRed (2014). Ha sido incluida en diversas antologías, entre ellas, Luz sin estribos (poetas colombianos y cubanos nacidos a partir de 1980) y Liberoamericanas: 140 poetas contemporáneas.

 



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