Meth Z
El librero: sugerencias literarias
Por Ney Antonio
Salinas
Título: Meth Z
Autor: Gerardo
Arana
La corta vida
de Gerardo Arana está repleta de épica, leyenda y mucha literatura. Escritor,
poeta y narrador; dibujante y pintor. Esta novela es un acto genial de creación
literaria. A medio camino entre el guion cinematográfico de una película de
viaje y la novela experimental, el autor narra la propia génesis de la obra. Al
mismo tiempo que es autobiográfica está cimentada fuertemente en la ciencia
ficción, elementos que transfieren al lector el sentido mágico que Arana
desentraña de la vida misma, pero sobretodo de la literatura que ha absorbido y
que lo mismo hermana su obra a Samuel Beckett que a Stephen Hawking pero que
transita una senda original, brillante y perdurable. La noche, la soledad, la
creación literaria, una máquina que crea novelas, las drogas, que al final
resultan un boleto de avión que llega de las profundidades de la indagación
literaria dentro de un lacónico sobre negro. Consta de dos partes que se
complementan pero que remiten a tiempos y universos distantes y distintos. Cada
frase, cada imagen caen en cascada hacia la mente del lector, en un sinfín de
artillería pesada que distorsiona los mundos y las conciencias, pero que
también lo envuelve en el tornado de pasión con la que Gerardo Arana escribe.
Es una novela rara, desde el punto de partida en que se empieza a escribir
sobre los abismos; transita sus propias pesadillas y enlista sus soledades, la
génesis y el olvido de la obra; Meth Z pensada como una trilogía quedó
inconclusa. Gerardo Arana terminó su vida una mañana de abril de 2012 a la edad
de 25 años tras una ingesta excesiva de medicamentos; escribió poesía, poca
pero de gran calidad. Ésta novela resulta una verdadera joya; es muy justo y
predecible pensar que si ésta es una pequeña muestra de lo que hubiera escrito
posteriormente, estaríamos hablando hoy de uno de los autores más importantes
de la lengua castellana. La nostalgia de lo que no pudo escribir también duele.
El café se hace más que necesario para transitar estas líneas. El mejor
homenaje, es leer su obra, breve pero de gran alcance, viva, imperecedera.

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