Los convidados de agosto

 El librero: sugerencias literarias

Por Ney Antonio Salinas

 

Título: Los convidados de agosto

Autor: Rosario Castellanos

 

Un gran cuento puesto en circulación por el FCE de forma accesible para todo lector. En ésta breve obra Rosario Castellanos narra un episodio en la vida de Emelina, mujer de la alta sociedad que vive de manera muy desahogada en Comitán de Las Flores (de Domínguez), Chiapas, personaje central; lugar en el que la autora vivió su niñez y su adolescencia, y que ocupa un lugar muy importante en su obra. Para quien inicia en la lectura de Rosario Castellanos “Los convidados de agosto” sería un gran comienzo. El tema central es la opresión de la mujer, por un verdugo inmenso e indómito; hablamos de las tradiciones y costumbres de la provincia, del legado religioso, de los valores morales de un tiempo distinto siempre al que se vive, de las diferencias socioeconómicas que estaban más marcadas que hoy. La mujer “quedada” fue una de las formas más crueles de lapidación social y económica; nadie se tocaba el corazón para juzgar y condenar: morir de algo peor que vergüenza, esa es la premisa de éste cuento. Una sombra que se sabe femenina, pero que siente terror de ser mujer. Rosario Castellanos es una gran maestra de las letras, brilla con luz propia; que deja fiel testimonio de su época en su obra, hay una constante preocupación sobre las desigualdades entre el hombre y la mujer en las sociedades modernas. Emelina sueña con escapar de ése círculo formado por tradiciones, estigmas, costumbres que nadie se atreve a cuestionar. Durante la feria del santo patrono del lugar “Santo Domingo de Guzmán” el personaje ve una puerta, una salida de toda esa oscuridad, porque la soledad pesa, el tedio de los días, la gran responsabilidad de ser mujer, la gran culpa de ser mujer. Y ejerce su derecho a la locura. El cierre del cuento moverá sensibilidades, arrancará lágrimas, pero sin duda, asediará a toda conciencia clara y sensible independientemente del género que ostente. Un texto imperdible, con un buen café rebajado con comiteco, sabrá mejor.