Estado de sitio

 El librero: sugerencias literarias

Por Ney Antonio Salinas

 

Título: Estado de sitio

Autor: Óscar Oliva

 

En mis enésimas lecturas de ésta obra (diferentes tiempos, estaciones, edades, sexenios, lunas, deshoras) me ha dejado una gran enseñanza; que la palabra tiene profundidad. Oficio de poeta: poeta mayor. La palabra de Óscar Oliva es profundidad y es conciencia. Ahora voy a escribir en lo hondo del papel / con el muñón que surge desde lo oculto de mí mismo. / Hoy me calzo de cólera. / No hay lugar para la ternura. El poeta manifiesta su descontento con el mundo en su interminable lucha por un mundo mejor; pero también como poeta da cuenta de cárceles, persecuciones, noches interiores, militancias peligrosas que surgen de la conciencia del mundo y terminan en estado de sitio. No se puede andar mucho tiempo en armas, / junto a los campesinos, sin que uno proclame / la unidad del sufrimiento y de la rebelión. La obra transcurre desde una noche adentro del poeta, una noche que sigue pesando en cada palabra, una noche que supone oscuridad, sin embargo, el artista ve a través de las palabras la Historia, la injusticia, la desmemoria que somos: Veo a través de las palabras / como en una insolación. Es decir, la palabra es luz que late fuerte noche adentro, memoria adentro, sufrimiento adentro. Oliva es uno de los grandes maestros de la poesía contemporánea, una referencia indiscutible, un gran poeta chiapaneco que con ésta obra obtuvo el Premio Nacional de Poesía Aguascalientes 1971. Acercarse a la totalidad de su obra es de vital importancia para quien escribe poesía y para quien (como un exigente lector) degusta de la palabra que dice mucho con poca tinta. Pero que también el poeta hermana al lector en sus sueños e ideales; Proyectamos el mundo a cada paso, / el mundo que ansiamos desconsoladamente. / Herido en las fábricas y en las selvas / arrastrado como un roble / por elefantes que lloran / aprendiendo a olvidar los pantanos. Enumera pérdidas y nostalgias: Todavía con olor a campesino, / con el morral al hombro, / voy descubriendo la ciudad, / la ciudad va desnudándome. Un poeta que es pueblo: Porque todo es real / porque ante el pueblo, tiemblo. / Ante el pueblo que asesinan. / Porque el pueblo es lo único / que no se puede falsear, / es la realidad más áspera y dura, / donde todo se ahoga y renace. El poeta amanece y rompe el estado de sitio. Contempla su manuscrito y nos plantea un nuevo amanecer. Paso la última hoja de éste libro y hay un huracán indecible en mi interior. Me trastoca el alma y las lágrimas y la tinta de todas mis palabras. Se trata de un libro que no se separa jamás de mi cabecera ni de mi querencia. Una obra que no debe faltar en ningún librero que se precie de ser decente. Dentro del cofre de los tesoros de Chiapas, una de las joyas más hermosas se llama: Estado de sitio.



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