Descubrí que estaba muerto

 El librero: sugerencias literarias

Por Ney Antonio Salinas

 

Título: Descubrí que estaba muerto

Autor: J. P. Cuenca

 

Se trata de una novela de corte autobiográfico que arranca con un gancho policiaco; el personaje central, que a su vez es el narrador en primera persona, pero que a su vez se asume como el autor mismo, recibe la noticia de que está muerto, a raíz de que han identificado un cadáver con sus datos personales. Inicia un periplo que lleva al narrador a transitar desde las favelas siendo tiroteadas por el BOPE en la noche y observar eso como un espectáculo snob lejano y ajeno desde la comodidad de un edificio de primer mundo clavado entre caseríos precarios y asentamientos irregulares a donde confluye la élite empresarial y artística de Brasil con sus fiestas, sus tertulias, sus drogas y sus abismos; a las soledades del exilio en ciudades como Nueva York, París o Río de Janeiro (la oveja negra condenada a estar en la lista del turismo mundial). La historia sucede en la ciudad de Río de Janeiro en su etapa pre-olímpica, donde tiene lugar un fuerte desmantelamiento inmobiliario social apuntalado por la corrupción gubernamental y privada. Capas de historia, de amalgamas humanas y de referencias de una ciudad que se va perdiendo como se olvida un sueño. La novela recorre un camino sinuoso del thriller policiaco hacia una búsqueda estética que hurga entre la figura del escritor y la del esteta, para luego dirigirse hacia una búsqueda moral cuyos hallazgos podrían descifrarse como violencia, locura, soledad reconcentrada; esquizofrenia literaria de difícil tratamiento y muy alejada de toda curación. El autor ha sido considerado como uno de los autores brasileños más importantes de su generación por la revista británica Granta. A los amantes del género policiaco no les va a cuadrar el final; pero como experiencia literaria de primer orden respecto a la literatura brasileña, resulta interesante y conmovedor. Tres tazas de café, una tarde lluviosa y el descubrimiento de un gran autor me bastaron para leer de corrido ésta novela.



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