Reminiscencias
El librero: sugerencias literarias
Por Ney Antonio
Salinas
Título:
Reminiscencias
Autor: Ernesto Adair
Zepeda Villarreal
Leer poesía no es un
asunto menor. Recurro siempre a éste libro cuando me pierdo en los laberintos
del lenguaje. Adair Zepeda Villarreal pareciera decirnos en cada verso, ¡así se
debe escribir poesía!, sin caer en la pedantería ni la frase rebuscada, mucho
menos el ansía ciega de reflectores; nos habla (escribe) con la humilde pluma
del poeta que lo da todo por la poesía. Escribe con humildad pero también con
furia, con pasión, con desparpajo, desborda la emoción en cada arquitectura de
su lenguaje propio. Sobra decir, que es uno de mis libros de cabecera.
Y le escribe también al poeta (la familia
y la patria que conoce y ama y defiende es el lenguaje): A ustedes hermanos,
construcción de esta carne / no hay palabras más finas o precisas que estas: /
son la otra patria, el olmo sobre la espalda, / el puerto de este vapor de
oscuridad, / la Ítaca que se apura a reverdecer, / la Comala siempre viva.
Conocí de primera mano el trabajo
narrativo del autor, mismo que lo perfila como un narrador quirúrgico y de
largo aliento, especialista en el relato, maestro en el cuento y visionario en
la novela. Sin embargo, concurro aquí hoy, con estas líneas para dar constancia
de su trabajo poético; lenguaje puro y reconcentrado en toneladas por
centímetro cuadrado de emoción. ¡Qué sería del poeta si no fuera emoción su
palabra! Capaz de conmover y de enfurecer, de asombrar y de sacudir la conciencia.
Lo mismo escribe sobre el drama de una
pecera, que sobre el joven Pellicer ante el mar, sobre el hambre, la densidad
del sueño, el azul o su única patria. Leer éste libro demanda al lector dos
cosas: pericia y mucha fortaleza. Una, para vislumbrar el arte y el oficio del
poeta y disfrutar su palabra doble o triplemente. Otra, para procurar salir
indemne del maremoto de furia y pasión con la que el autor escribe.
Como su nombre lo indica, el libro es una
bitácora de vida del artista que acumula visión sobre visión, mundo sobre
mundo, piedra sobre piedra, hasta construir ciudades e imperios en pleno cénit.
Y por si fuera poco, el libro de Adair
Zepeda Villarreal fue merecedor del XVI Premio Nacional de Poesía Tintanueva
2014.

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