Circa 94

 El librero: sugerencias literarias

Por Ney Antonio Salinas

 

Título: Circa 94

Autor: Fran Ilich

 

“Siempre consideré el oficio de escritor como secundario a la vida; creía en el escritor como espectador y no como superestrella”, en esto se sustenta el periplo narrativo que Fran Ilich denomina: Circa 94. En cada línea busca su Ítaca, su Circe, su viaje comprimido en tres letras, para contemplar el mundo y sus caminos hacia el infinito. He leído cuidadosamente ésta obra y descubro con gusto y placer que a cada capítulo la novela crece un poco más: Orión, el protagonista, busca su lugar entre la conciencia, la literatura, la música, las personas como universos en constante expansión, los raves, los caminos alternativos que doten de nuevos sentidos a las diferentes formas de vida que el ser humano pueda ejercer, en los vientos de esperanza que entonces trajo el año 1994 desde las montañas de Chiapas. Es el caso en que la literatura se vuelve conciencia, y la conciencia registra sus pulsos, irremediablemente, en la literatura. La calidad de hypertexto se la confiere su capacidad de conectar con sus diversas bifurcaciones hacia textos en la red, pero también hacia la música; y el autor no deja de lado su propia advertencia: “no se puede comprar una cosmovisión o creer a la carta en un orden filosófico ya existente”. El centro neurálgico de la obra es la ciudad de Tijuana (“la ciudad flotaba en la esquina noroeste de Latinoamérica como desde 1848 lo ha hecho”): y tiene sus conexiones a ambos lados de la frontera y la Ciudad de México, en los que el protagonista sitúa los escenarios donde ha de transcurrir su épica y su búsqueda del arte, del amor, de los raves como puertas hacia otros mundos donde hubieran respuestas, puntos de observación/contemplación, explicaciones lúdicas del mundo del que se parte hacia esas galaxias y nebulosas. Orión es un pocho que puede pagarse su música, sus raves, su infinita sed de coca cola y desde los caminos que recorre (novela, cd, libro, página web) nos muestra el mundo y la etapa nueva en la que está por entrar el país en ése preciso año que fue esencialmente esperanzador y del que hoy, a la luz del tiempo y la Historia sólo nos queda esa nostalgia, esa utopía. Leer a Fran Ilich exige pericia al lector, y éste deberá tener funcionando la cafetera todo el tiempo y las puertas de su percepción siempre abiertas, porque entre sus manos tendrá una novela muy inteligente.



Comentarios

Entradas populares de este blog

Soledades concurridas | Reseña de Karen Liliana Pérez | Novela de Ney Antonio Salinas.

La hija del sol

Fragmentaciones