La vocal de la tierra

 El librero: sugerencias literarias

Por Ney Antonio Salinas

 

Título: La vocal de la tierra

Autor: Soledad Fariña

 

La vocal de la tierra, reúne en su entraña los tres primeros libros que ha escrito la poeta chilena Soledad Fariña Vicuña: El primer libro, Albricia y En amarillo oscuro. En términos más blancos, se trata de una antología personal que da voz al agua, a las algas, a la tierra, al arcoíris, el aire, es decir, a una de las voces poéticas más valiosas de Chile. En El primer libro, la poeta despliega un lirismo que renombra al mundo y su palabra se extiende como pincel sobre el lienzo; ella pinta bandada de alas verdes, picos cristalinos, venas azules. La épica de la lengua asfaltada que se adentró al verde de la vida. ¿Dónde volcarse en éste paisaje? Y la poeta nos advierte: polvareda amarilla asciende al cielo gris. En Albricia, la poeta nos muestra un viaje de la lengua, desde la arena pantanosa, a la prisión de los huesos y florece en/con las hojas y las raíces que se enredan en su pensamiento. Y nos obsequia exquisitas postales plenas de choroyes y de un párpado mudo que al abrirse captura soles y mundos. El artista escribe y entre sus dedos escurre un cardumen minúsculo. En amarillo oscuro, la poeta inicia el rescate de un pasado muy presente, busca y rebusca en todas las formas y en todos los páramos de la creación: me arrastro cautelosa, bicéfala / mi lengua / una de mis cabezas / guarda la boca dulce / la otra pide agua de mar / de mar de tempestades. La vocal de la tierra, es la relatoría que la autora ha tomado directamente de las voces antiguas, con sus cantos sagrados y sus cuerpos deificados, con sus barros cuarteados y sus lenguas tornasoles. Leo y releo ésta magnífica obra, y confirmo el carácter sagrado de la poesía. La voz de Soledad Fariña es una voz múltiple que va desde lo hispano a lo precolombino, de lo erótico a lo sagrado: Corre mi lengua a tu pezón / para probar las gotas / Corro a buscar la miel / Unto las comisuras de miel / Lleno el hueco de tu pecho / con flores / que corté de mis ramas / Cae la lluvia desde tu pelo. Llueve página adentro, y confirmo mi lluvia tras la ventana. La poesía reescribe la tarde, renombra al cuerpo. Un libro que no debe faltar en el librero, como el café en la taza.



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